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Enriquillo Sánchez

Transición del poeta Enriquillo Sánchez

por Fernando Ureña Rib

Transición del poeta Enriquillo Sánchez

por Fernando Ureña Rib

Ausencia

“Pero estaré herido
Herido de tu partida donde nacían tus ojos
y herido de tu regreso desde la lejanía”
Enriquillo Sánchez

 
Ha muerto Enriquillo Sánchez. Sobre la muerte, como un pesaroso viaje sin retornos, el poeta había escrito:
 

Es sencillo morir.
Lo solemne es morirse.
La muerte es irse muriendo.

 
En la poesía de Enriquillo Sánchez nos asalta siempre la perenne innovación de las formas poéticas. Formas que abrigan tanto sapiencia como inminencia, una vertiginosa hondura; el profundo conocimiento de la cultura desde la que parten airosas sus más intrincadas y luminosas imágenes poéticas.
 
Se trata de una urgencia visceral.  Todo es entrañable.  Nada (el deseo, la pubertad, el amor, el desafuero, la anarquía o la muerte) puede esperar instante alguno.
 
Enriquillo Sánchez escribe sin sonrojos. La acción está siempre a punto de ocurrir.
 
Se agolpa en el pecho del poeta un sentimiento que todo lo domina y luego sale a galopar y, se apropia del espacio circundante y se abalanza llevando consigo y a toda velocidad su canto lúdico, órfico o metafórico  por sinuosos y escarpados caminos donde acechan el horror mismo de la vida y su inquietante fascinación.
 
Una zoología particular, un bestiario poético salta en sus versos que de pronto son pájaro dentro de la lluvia o sapo o potro, o cocuyo o marsupial,  no importa.
Tampoco tuviste tiempo
ibas y venías por la noche de ceniza y humo
como un animal de lluvia herido por la espadaá
 
Ahí está con un relámpago en el pecho la lúcida pantera. Y es el hombre, el tíguere acicalado y descalzo que se tongonea y extiende su mano para alcanzar el pezón o la cadera de una hembra que pasa furtivamente por la Ovando cimbreándose, cimbreándose.
 
Y esa sensualidad, instintiva, animal, sudorosa, también es urgente, sin pudor, sin ropajes:

Hora de tu pájaro inmóvil en el viento.
O bien un signo de sensualidad que se abraza al espanto, a la locura, a veces a la muerte.

"Me voy/ no dejo amigos.... Así potro de frío/"

 
O bien una sexualidad álgida que se regodea en el juego de palabras, sin excluir  sentencias en las que el mundo representa una negación de la felicidad.  La subversión es permanente.
 

Hay que asaltar el Estado
y despedirlo sin piedad en la vía pública..
 
Hay que asaltar el orden público
y disfrazarlo de payaso a las cinco de la tarde.

 
El amor es entonces el único antídoto contra los males de la sociedad, del mundo.
 

Me hundí en su palabra y su cadera
porque en su palabra y su cadera
se hundía el mundo ciego.

 
Y ese amor ( por la isla, por la naturaleza, por la mujer) está presente en toda su obra que se distancia o se aproxima, que se hace viento o tempestad, que se hace lengua o pájaro o fósforo o fuego y va inundando (con audaz y sacra irreverencia) todo el campo poético de Enriquillo Sánchez.

Referencias

Latin Art Museum - www.latinartmuseum.com/enriquillo.htm




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