Amador
¿Comenzará, a partir de aquí,
una etapa de cambio?
¿O acaso contracara gris
de los días de llanto?
Salir de la casa, por algo bueno,
impulsado por las ganas
de ser merecedor de algo de tiempo.
Tiempo que quizás llegue a pasar,
de manera irónica,
en la habitación o en el patio,
melodía tan armónica.
Hace tiempo que mis miedos evolucionaron,
hace tiempo que el tiempo
se ha convertido en una obsesión,
y los disparos del viento
no queman por pensar en la vejez,
sino por pensar en el ayer.
Ayer que fui fruto ingrávido
en un gentío belicoso,
ayer que no era esta pasto árido
y mi voz un empírico esbozo.
Me la pase llorando por ser
lo que fui,
y no poder haber sido
el que yo quise,
y el amor ufano
procura poder evidenciar,
siempre luciendo sus cicatrices.
El que ama, perdedor,
y el único incentivo
es revertir el bucólico esplendor
de dos cuerpos, para sí, sumidos,
mientras danzan las almas
en el universo amador.
A mi me gusta saberme así,
tan lejos suyo;
Ella, que todo este terror le atribuyo,
ella que ahora ya no me ve
pero que me sabe, seguramente,
ahora al morir.
Y si fuese este realmente el ultimo
de mis versos, su aparente fin;
¿Valdría vorazmente la pena
brindártelo ¡oh flor violeta mía!
tardísimo a ti?
