Dejo
Te nombraron, aun te nombran,
y lo inocuo de tu presencia
ridiculiza toda apariencia;
Te nombran y al no verte se asombran.
Si quiera mi resacosa mente
se imagina algo de tu paradero,
¿para que mentirte? aún espero
que me cruce contigo la maldita suerte.
La suerte vespertina o robustosa,
o de la noche y su agonía;
me encuentra la monotonía
siempre que mi idilio te esboza.
Tu aroma es ahora un dejo
del viento que es, justamente, escaso.
Tu recuerdo, miedosa, tus abrazos,
quizás te olvide cuando sea viejo.
Que me importa dar la razón
a quien en casa ya no me espera,
haber pateado carretera
dejando en ruinas a un corazón.
Que me importa estar ahora
cegado por la marihuana,
buscándote y rendirme de noche en la cama;
Vagar hasta deshoras.
Sabiéndote en brazos
de un desconocido mas humano,
que éste y su desgano,
de miércoles de mate y sin abrazos.
Desearía conocerlo y ver;
Tenerlo en frente, sin enojos,
poder mirarlo a los ojos,
él,
que huele de cerca tu piel.
Abrazarlo, aunque logre confundirlo,
preguntarle como por azar, como te has sentido.
