No era mío, descansaba en mi,
como un niño agotado
entre mis brazos.
Fuimos una pausa, un remanso,
un movimiento dormido
y el sueño aletargado,
una gota suspendida
y ese suspenso
antes de la caída.
Y, al cerrar los ojos
y abrir las manos
para que volara,
sin quererlo, también
mis manos volaron.
Entonces comprendí
que el mundo todo
está hecho de pájaros.
EVE V.GAUNA PIRAGINE