A Pepín Bello
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Las estatuas sufren por los ojos c… pero sufren mucho más por el agua… Que no desemboca. El pueblo corría por las almenas r… ¡Pronto! ¡Los bordes! ¡De prisa!…
Yo era. Yo fui, pero no soy. Yo era... (¡Oh fauce maravillosa
Mamá, yo quiero ser de plata. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá.
La señorita del abanico, va por el puente del fresco río. Los caballeros
Entre mariposas negras va una muchacha morena junto a una blanca serpiente de niebla. Tierra de luz,
Abejaruco. En tus árboles oscuros. Noche de cielo balbuciente y aire tartamudo. Tres borrachos eternizan
El cielo nublado pone mis ojos blancos. Yo, para darles vida, les acerco una flor amarilla.
Pero como el amor los saeteros están ciegos. Sobre la noche verde, las saetas,
Bajo el naranjo, lava pañales de algodón. Tiene verdes los ojos y violeta la voz. ¡Ay, amor,
Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino. Era la misma
La mar no tiene naranjas. ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol. Me pondrá la cara verde,
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
Ni tú ni yo estamos en disposición de encontrarnos. Tú... por lo que ya sabes. ¡Yo la he querido tanto!
El corazón, Que tenía en la escuela Donde estuvo pintada La cartilla primera, ¿Está en ti,
Árbol de Sangre riega la mañana por donde gime la recién parida. Su voz deja cristales en la herida y un gráfico de hueso en la ventan… Mientras la luz que viene fija y g…