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Y que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso.
Eran tres. (Vino el día con sus hachas.) Eran dos. (Alas rastreras de plata.) Era uno.
Este galapaguito no tiene mare; lo parió una gitana, lo echó a la calle. No tiene mare, sí;
La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. La rosa
(Quizá fue por no saberte la Geom… El jovencito se olvidaba. Eran las diez de la mañana. Su corazón se iba llenando de alas rotas y flores de trapo.
Oye, hijo mío, el silencio. Es un silencio ondulado, un silencio, donde resbalan valles y ecos y que inclina las frentes
Leonardo: ¡Calla! Novia: Desde aquí yo me iré sola. ¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas! Leonardo:
Galán galancillo. En tu casa queman tomillo. Ni que vayas, ni que vengas, con llave cierro la puerta.
En lo alto de aquel monte hay un arbolillo verde. Pastor que vas, pastor que vienes. Olivares soñolientos
La luna clava en el mar un largo cuerno de luz. Unicornio gris y verde, estremecido, pero extático. El cielo flota sobre el aire
La luna gira en el cielo sobre las sierras sin agua mientras el verano siembra rumores de tigre y llama. Por encima de los techos
Con una cuchara arrancaba los ojos a los cocodrilo… y golpeaba el trasero de los monos… Con una cuchara. Fuego de siempre dormía en los ped…
Por la calleja vienen extraños unicornios. ¿De qué campo, de qué bosque mitológico? Más cerca,
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce el niño ni la tarde porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
Por una vereda venía Don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil