La sombra de mi alma Huye por un ocaso de alfabetos, Niebla de libros Y palabras. ¡La sombra de mi alma!

Lámparas de cristal y espejos verdes. Sobre el tablado oscuro, la Parrala sostiene una conversación

El remanso del aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca

Solamente por oír la campana de la Vela te puse una corona de verbena. Granada era una luna ahogada entre las yedras.

Ay voz secreta del amor oscuro ¡ay balido sin lanas! ¡ay herida! ¡ay aguja de hiel, camelia hundida… ¡ay corriente sin mar, ciudad sin… ¡Ay noche inmensa de perfil seguro…

La señorita del abanico, va por el puente del fresco río. Los caballeros

De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros

Esquilones de plata Llevan los bueyes. —¿Dónde vas, niña mía, De sol y nieve? —Voy a las margaritas

He cerrado mi balcón porque no quiero oír el llanto pero por detrás de los grises muro… no se oye otra cosa que el llanto. Hay muy pocos ángeles que canten,

En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,

¡Alto pinar! Cuatro palomas por el aire van. Cuatro palomas vuelan y tornan. Llevan heridas

Se ven desde las barandas, por el monte, monte, monte, mulos y sombras de mulos cargados de girasoles. Sus ojos en las umbrías