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Do you like me? -Yes, and you? -Yes, yes. Cuando me quedo solo me quedan todavía tus diez años,
En las torres amarillas, doblan las campanas. Sobre los vientos amarillos,
¡Viva Sevilla! Llevan las sevillanas en la mantilla un letrero que dice: ¡Viva Sevilla!
Yo tenía un hijo que se llamaba J… Yo tenía un hijo. Se perdió por los arcos un viernes… Le vi jugar en las últimas escaler… y echaba un cubito de hojalata en…
El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer
La sombra de mi alma Huye por un ocaso de alfabetos, Niebla de libros Y palabras. ¡La sombra de mi alma!
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
En el café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano: «Soy más valiente que tú, más torero y más gitano». En el café de Chinitas
Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso no lloran,
Los laberintos que crea el tiempo, se desvanecen. (Sólo queda el desierto.)
Silencio de cal y mirto. Malvas en las hierbas finas. La monja borda alhelíes sobre una tela pajiza. Vuelan en la araña gris,
¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,
Mi niña se fue a la mar, a contar olas y chinas, pero se encontró, de pronto, con el río de Sevilla. Entre adelfas y campanas
Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!... sino perderse? Las torres fundidas
Bajo el Moisés del incienso, adormecida. Ojos de toro te miraban. Tu rosario llovía. Con ese traje de profunda seda,