He cerrado mi balcón porque no quiero oír el llanto pero por detrás de los grises muro… no se oye otra cosa que el llanto. Hay muy pocos ángeles que canten,

¿Qué es aquello que reluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer,

Lo llevan puesto en mi sábana mis adelfas y mi palma. Día veintisiete de agosto con un cuchillito de oro. La cruz. ¡Y vamos andando!

Yo te miré a los ojos cuando era niño y bueno. Tus manos me rozaron Y me diste un beso. (Los relojes llevan la misma caden…

(Quizá fue por no saberte la Geom… El jovencito se olvidaba. Eran las diez de la mañana. Su corazón se iba llenando de alas rotas y flores de trapo.

Asesinado por el cielo, entre las formas que van hacia la… y las formas que buscan el cristal… dejaré caer mis cabellos. Con el árbol de muñones que no can…

Eran tres. (Vino el día con sus hachas.) Eran dos. (Alas rastreras de plata.) Era uno.

Quiero llorar mi pena y te lo digo para que tú me quieras y me llores en un anochecer de ruiseñores, con un puñal, con besos y contigo. Quiero matar al único testigo

Sevilla es una torre llena de arqueros finos. Sevilla para herir, Córdoba para morir. Una ciudad que acecha

Mamá, yo quiero ser de plata. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá.

La rosa no buscaba la aurora: Casi eterna en su ramo buscaba otra cosa. La rosa