Cargando...

Mis amigos

Son los hombres que no duermen,
los de barba de tres días,
estos hombres perforados y tatuados,
estas bocas secas, caras llenas de odio,
insomnio en lo más hondo de la ciudad,
navegando en el seno del río más oscuro.
 
No tienen corazón,
tienen dentro un perro enloquecido,
son bultos de sangre con alcohol,
de un cinismo endurecido,
aprovechados cautelosos,
los depravados,
los profesionales del desprecio,
los de mezcal en la arterias,
los mas abandonados, más locos,
más valientes, los más puros.
 
Son los de una sonrisa de negra alegría
y una eterna sed en la garganta,
cualquier noche es lo mismo,
siempre fugitivos de algo,
un dulce tormento,
consuelo sencillo,
viven como yo la vida envenenada,
no sé si conspiramos.
 
El día no les apetece ni pertenece,
de día son esclavos y de noche convocan rebeliones,
sé que aman la noche y sus tentaciones escalofriantes,
pero tienen miedo,
una serenidad monumental que refleja angustia,
avaricioso vacío del alma,
Ellos y yo sabemos estas cosas.
 
Nos gusta el ruido penetrante,
mover los brazos y saltar como metralla,
la cerveza helada y las caricias,
somos paladares y gargantas desafiantes,
somos tigres en guardia,
enmohecemos en tabernas,
escapando de la violencia amorosa,
dolor desnudo y terso,
buscando caer en brazos de una desconocida.
 
Botella o sucedáneos de alcohol,
todo esto no es sino la noche,
melancolía, soledad, polvo, sangre, nauseas,
mujeres carbonizadas, llantos ebrios,
lagrimas de claveles.
 
Hombres de ternura arrebatada,
cantamos y morimos como guitarras,
con la cabeza sucia y el corazón blindado.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Fernando Chilian...



Top