Pintando paz con las alas de tus infantiles sueños. Pintando paz con la palpitante
Un zumbido de alas improvisa glori… se acerca el cielo a las calles, a… los sentidos se unen tan profundo… respiración del río, ver de verdad la naturaleza propicia el latir de…
En general los poetas son hombres. Será porque la poesía, las rimas, las palabras, las letras, son femeninas. Quizás.
Detrás del silencio claro de los c… dibujan estrellas perfecciones cas… agua matriz de todas las cosas en un latir profundo de augurales… las almas como navíos contra tiemp…
Espera de los cielos y de las nube… soles y lluvias paulatinas conting… poblados de pájaros y sus augurale… traen ahora los vientos cristalino… parpadean ante las ventanas metáfo…
Por tus venas mujer sangre de madre sangre de vida caudal de sensibles luces
Claramente la rosa dice lo que es… En un contorno de luna siempre ani… La luz, el color, la suma del tiem… Abierto de par en par, sin descubr… En tu mano, en tu piel mujer, en t…
De luz el aire bendecido desnuda su canción transparente pentagrama libre de los pájaros ámbito amplio de vuelos... De brillos el aire bendecido
Vuelan las palomas sobre el puente Viaducto del 72 salto de asfalto sobre los trenes vías que a la vista unen amaneceres y atardeceres
El verano en las manos en la piel el sol poniente momentos nuevos surgen principios propios iluminan los oscuros
A PUERTO GABOTO La historia Argentina comienza en… Amadeo P. Soler Gaboto: a tus riquezas convoco humildemente, serenamente
La tenue apertura de las flores bajo las luces del amanecer Como se prepara la luna detrás del horizonte antes de sali… Los irrepetibles brillos del río
De otros diluvios una paloma escuc… GIUSEPPE UNGARETTI A la paloma de un sol que me acomp… con sus serenas alas grises azulad… plumaje de ángel cotidiano
Las estrellas todas juntas bien br… Las que vemos son apenas sólo un r… Del jardín universal de galaxias y… Pero ellas bien resumen la belleza…
INSIGNIFICANCIA ...mientras el gran océano de la v… no descubierta se extiende ante mí ISAAC NEWTON Nuestra gran insignificancia