#Cubanos #Habaneros #Mujeres
¡Generosa poesía! Nos acoges con qué oído, qué atención intermi… Nuestra pequeñez juega en tu pecho y sólo allí somos importantes. Cada paso, cada eco, cada pena,
Ay, es como una luna, esos delgados miembros sostenidos por la madre, ahora poderosa, más allá del dolor. La mano sosteniéndolo la arruga
Tú solo, bello niño, puedes entrar… Yo entro a ciertos verdes, ciertas… Tú solo, bello niño, puedes llevar… ausente del difunto, distraída y r… La ropa dibujada, el sombrero del…
Como irrumpen atropelladas, sin medida, las razones de un hombre tímido, se agolpan esas cuatro o cinco not… primeras, se contraen un instante…
Sosteniendo las copas invisibles, familiarmente, eternamente juntos en el lecho de la fecundación y de la muerte,
¿Qué caprichosa y exquisita mano trazó, eligió ese gesto perdurable… lo sacó de su nada, como un dios, para alumbrar por siempre otra ale… ¿Participabas tú del dar eterno
Al despertar uno se vuelve al que era al que tiene el nombre con que nos llaman,
Creíamos que la cruz era sólo de amargura y ahora vemos las palomas poblando sus travesaños. (Verdad que es en San Clemente
La banda gigante, como los alones de su sombrero provocador al frente, quiere romper, inaugurar lo enorme. (Lo enorme, cariñosamente, brilla). ¡La banda gigante, como las ligas gigantes...
A aquel vago delirio de la sala traías el portal azul del pueblo de tu niñez, en tu silencio abrías… una lejana cena misteriosa. Cayó el espeso velo de los ojos
Oh vosotras, lámparas del otoño, más fragante que todos los estíos! ¿Por qué ha de ser aquel que deven… con el tiempo, más real, menos efí… que aquel que fuimos a tus luces p…
Quiero escribir con el silencio vi… Quiero decir lo que la mano dice. Porque tú lees mejor el texto vivo y el alma, en su guerrear callado,… A veces la ola blanca da en la roc…
Y lo real es lo que aún no ha sido… Toda apariencia es una misteriosa aparición. En la rama de otoño no acaba el fruto sino en la velad… promesa de ser siempre que su inta…
Y cuando el tiempo torna impuro un… una vida que amamos en su hora cierta de dar, por siempre más rea… que su verdad presente, lo veremos cuando lo rodeaba aquella lumbre,
Qué raro es el amor, qué raro aun entre amantes que se aman, aun en el seno de la casa materna, la entrañable,