#EscritoresCubanos
¿No sentías que ardía tu corazón cuando nos hablaba de las Escritur… Los peregrinos de Enmaús Huésped me fue palabra misteriosa. Huésped es el que viene de muy lej…
Qué raro es el amor, qué raro aun entre amantes que se aman, aun en el seno de la casa materna, la entrañable,
Es una trattoria de callecita apartada en nuestra primera noche de Roma. Barre el portal un niño de Amicis.
Quién sirve como un romano —ese monarca natural—una cena? A quién no merma
Y lo real es lo que aún no ha sido… Toda apariencia es una misteriosa aparición. En la rama de otoño no acaba el fruto sino en la velad… promesa de ser siempre que su inta…
Simpatizando con los oros gastados de la tarde, después del ruido de la fábrica, del ring voceante, de la extraña persecución intermin…
¡Generosa poesía! Nos acoges con qué oído, qué atención intermi… Nuestra pequeñez juega en tu pecho y sólo allí somos importantes. Cada paso, cada eco, cada pena,
Y cuando el tiempo torna impuro un… una vida que amamos en su hora cierta de dar, por siempre más rea… que su verdad presente, lo veremos cuando lo rodeaba aquella lumbre,
No es que le falta el sonido, es que tiene el silencio.
¿Dónde fueron los pulcros viejecil… de guayabera blanca y de sombrero, que tomaban el sol junto a los hie… del parque de Agramonte amanecido? ¿Los que saben los nombres y apell…
¿De qué silencio eres tú silencio? ¿De qué voz, qué clamor, qué quién… Abismo del azul, ¿qué hacemos en t… hijos de la palabra como somos? ¿Qué tienes tú que ver, di, con no…
Poesía, abro la mano. Estás generosa hoy. ¡Qué menesterosa me has visto a tus puertas, sin que ningún rocío tuyo me cubriese los pies helados! ¿No ves que sin ti me muero de pena? Poesí...
Poesía ¿tú qué sabes de nosotros? Poema de la infancia ¿qué andas tú… A veces es el mago pobre el que sa… un parque suntuoso, otras un testi… que no estuvo en la fiesta el que…
¿Quién no conoce ese sendero en so… ese continuo hablar, interrumpiénd… el uno al otro amigo, en el gozoso diálogo hasta la puerta de la casa… servida ya la cena? ¿Quién no escu…
Como irrumpen atropelladas, sin medida, las razones de un hombre tímido, se agolpan esas cuatro o cinco not… primeras, se contraen un instante…