A punto de morir, vuelvo para decirte no sé qué de las horas felices. Contra la corriente. No se si lucho para no alejarme
Háblame de las calles y de la nochería submarina, que mece allá abajo su cielo. Y el firmamento aquel
Una tarde con árboles, callada y encendida. Las cosas su silencio llevan como su esquila. Tienen sombra: la aceptan.
Acata la hermosura y ríndete, corazón duro. Acata la verdad y endurécete
Me llega la secreta zozobra que en el aire deja ligeramente una hoja caída. La lucidez inerte
Yo soltaba los galgos del viento p… A machetazo limpio, abrí paso al p… Te busqué en los castillos a donde… por todas las estancias de tu rein… afuera de los sueños, en los bosqu…
Si te hundiera en una tina, vería el volumen que desplazas. Si te colgara de un pie, hasta qué punto eres un bulto. Estoy perplejo porque eres.
La muerte lleva el mundo a su moli… Aspas de sol entre los nubarrones hacían el campo insólito, presagiaban el fin del mundo. Giraban margaritas
Acudes a tus ojos porque acudes, los ojos de las noches estrelladas… Y su luz no es tu eco, no lo dudes… es otra luz que mueve tus miradas; desde la luna, arcón de los rosari…
Una paloma al volar su dorado pico abría; todos dicen que me hablaba, pero yo no le entendía. Dame las alas, paloma,
Subir los remos y dejarse llevar con los ojos cerrados. Abrir los ojos y encontrarse vivo: se repitió el milagro. Anda, levántate y olvida
Qué difícil es coordinar una mano como una aureola de santo en la cabeza y otra en un plano perpendicular
Hora extraña. No es el fin del mundo sino el atardecer. La realidad, torre de Pisa,
Se oye una lengua muerta: paraké. Un portazo en la noche: para qué. Tienes razón: para qué. Hay diferencias de temperatura y sopla un leve para qué.
El vio pasar por ella sus fantasma… Ella se estremeció de ver en él su… Él no quería perseguir sus fantasm… Ella quería creer en sus fantasmas… Montó en ella, corrió tras sus fan…