#EscritoresChilenos
Una niña que es inválida dijo: —«¿Cómo danzo yo?» Le dijimos que pusiera a danzar su corazón... Luego dijo la quebrada:
Dame señor la fuerza de las olas d…
¿Cómo quedan, Señor, durmiendo lo… ¿Un cuajo entre la boca, las dos s… las lunas de los ojos albas y engr… hacia un ancla invisible las manos… ¿O Tú llegas después que los homb…
¡Cordillera de los Andes, Madre yacente y Madre que anda, que de niños nos enloquece y hace morir cuando nos falta; que en los metales y el amianto
La tierra es dulce cual humano lab… como era dulce cuando te tenía, y toda está ceñida de caminos... Eterno amor, te espero todavía. Miro correr las aguas de los años,
Quedó sobre las hierbas el leñador cansado, dormido en el aroma del pino de su hachazo. Tienen sus pies majadas
Cajita mía de Olinalá, palo—rosa, jacarandá. Cuando la abro
En el llano y la llanada de salvia y menta salvaje, encuentro como esperándome el Aire. Giran redondo, en un niño
¡Un hijo, un hijo, un hijo! Yo qu… y mío, allá en los días del éxtasi… en los que hasta mis huesos tembla… y un ancho resplandor creció sobre… Decía: ¡un hijo!, como el árbol co…
A la cara de mi hijo que duerme, bajan arenas de las dunas, flor de la caña y la espuma que vuela
Como que ella nada fuese por la color deslavada, quédate bajo el peral hasta que cante en su rama. —¿Y cuánto espero? ¿Hasta que
Ya tumbó el viento extranjero los costados de mi casa. Llegó como la marca manchado y fétido de algas y ya encontró y aventó
Libros, callados libros de las est… vivos en su silencio, ardientes en… libros, los que consuelan, terciop… y que siendo tan tristes nos hacen… Mis manos en el día de afanes se r…
Salto del Laja, viejo tumulto, hervor de las flechas indias, despeño de belfos vivos, majador de tus orillas. Avientas las rocas, rompes
Todavía, todavía esta queja doy al viento: los que siembran, los que riegan, los que hacen podas e injertos, los que cortan y cargan