A Emma y Daniel Cossio
#EscritoresChilenos
Oye, ¿qué gime o qué llora? Dime, dime, ¿qué le pasa? Corre adentro del trigal pero a trechos se descansa. Es más grandota que pájaro
Pasa por nuestra Tierra la vieja Cabalgata, partiéndose la noche en una pulpa clara y cayendo los montes
Ahora voy a aprenderme el país de la acedía, y a desaprender tu amor que era la sola lengua mía, como río que olvidase
Mi madre era pequeñita como la menta o la hierba; apenas echaba sombra sobre las cosas, apenas, y la Tierra la quería
Lago Llanquihue, agua india, antiguo resplandor terrestre, agua vieja y agua tierna, bebida de vieja gente, agua fija como el indio
Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan; se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera; en el alero hace el nido
Amarás la belleza, que es la sombr… No hay arte ateo. Aunque no ames… No darás la belleza como cebo para… No te será pretexto para la lujuri… No la buscarás en las ferias ni ll…
Madre, madre, tú me besas, pero yo te beso más, y el enjambre de mis besos no te deja ni mirar... Si la abeja se entra al lirio,
Tenías, ay, tenías cielo y tierra… abiertos, y dorados y extendidos: en tus dos ojos griseaba la caña y el cafetal estaba en flor y en s… y los granados rompían el aire.
Doce son de todo tiempo las madres-araucarias. Cada leñador que cruza quiere tumbar la parvada, y halla que de la primera
Volcán de Osorno, David que te hondeas a ti mismo, mayoral en llanada verde, mayoral ancho de tu gentío. Salto que ya va a saltar
Donde estaba su casa sigue como si no hubiera ardido. Habla sólo la lengua de su alma con los que cruzan, ninguna. Cuando dice “pino de Alepo”
Isla de Puerto Rico, isla de palmas, apenas cuerpo, apenas, como la Santa, apenas posadura
La llama y yo cambiamos señas, ella torciéndose, yo enclavada. Le encargo quemar mi cuerpo en caoba derribada. Y la llama aceptando me toma
Una niña que es inválida dijo: —«¿Cómo danzo yo?» Le dijimos que pusiera a danzar su corazón... Luego dijo la quebrada: