#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX
Con el mentón caído sobre la mano… el Pensador se acuerda que es carn… carne fatal, delante del destino d… carne que odia la muerte, y tembló… Y tembló de amor, toda su primaver…
Ven, hermano, ven esta noche a rezar con tu hermana que no tien… hijo ni madre ni casta presente. Es amargo rezar oyendo el eco que un aire van y un muro devuelve…
El mar sus millares de olas mece, divino. Oyendo a los mares amantes, mezo a mi niño. El viento errabundo en la noche
Ésta que era una niña de cera; pero no era una niña de cera, era una gavilla parada en la era. Pero no era una gavilla sino la flor tiesa de la maravilla…
Los astros son ronda de niños, jugando la tierra a espiar... Los trigos son talles de niñas jugando a ondular..., a ondular... Los ríos son rondas de niños
Muro fácil y extraordinario, muro sin peso y sin color: un poco de aire en el aire. Pasan los pájaros de un sesgo, pasa el columpio de la luz,
Los huesos de los muertos hielo sutil saben espolvorear sobre las bocas de los que quisier… ¡Y éstas no pueden nunca más besar… Los huesos de los muertos
Era una charca pequeña, toda pútrida. Cuanto cayó en ella se hizo impuro: las hojas del árbol próximo, las plumillas de un nido, hasta los vermes del fondo, más negros que los de otras ...
Hay países que yo recuerdo como recuerdo mis infancias. Son países de mar o río, de pastales, de vegas y aguas. Aldea mía sobre el Ródano,
Doña Primavera viste que es primor, viste en limonero y en naranjo en flor. Lleva por sandalias
Ya me voy porque me llama un silbo que es de mi Dueño, llama con una inefable punzada de rayo recto: dulce-agudo es el llamado
La bailarina ahora está danzando la danza del perder cuanto tenía. Deja caer todo lo que ella había, padres y hermanos, huertos y campi… el rumor de su río, los caminos,
¡Bendita sea mi lámpara! No me humilla como la llamarada del sol, y tiene un mirar humanizado de pura suavidad, de pura dulcedumbre. Arde en medio de mi cuarto: es su alma. Su apagado r...
¡Oh fuente de turquesa pálida! ¡oh rosal de violenta flor! ¡cómo tronchar tu llama cálida y hundir el labio en tu frescor! Profunda fuente del amar,
Ahora, Cristo, bájame los párpado… pon en la boca escarcha, que están de sobra ya todas las ho… y fueron dichas todas las palabras… Me miró, nos miramos en silencio