Veces de llorar por ti.
Caminos para andar sólo.
Versos sin alma y sin forma,
y tú no estás.
Retuerces mi corazón
en ecos de arte sin fondo.
Ni suspiras ni preguntas:
¡No oigo tu voz!
Jamás sabré cuántos labios
tu nombre pronunciarán,
no sabré decir siquiera
quién eres tú.
Hálito, despeñadero,
zarza de dulces quimeras,
inquietud.
Mis fiebres me han de llevar
a esculpir con fuego, un día,
tu nombre de amor sin tino:
Mi delirio.
Pero, ¿Qué me servirá
pensar y pensar en ti?
¿Y si no existes? ¿Verdad?
Ilusión.