#EscritoresMexicanos
Todavía mis ojos, por tus ojos, En tu alma, como el día del encuen… Que el amor, como siempre, nos pre… Pero ya nunca lo nombraremos. Mejor la insensatez de nuestra efí…
Alcohol, albur ganado, canto de ci… Sólo su paz redime del Anciano de… Y de su erudita tortura. Alcohol, ancla segura y abolición…
¡Qué bosque –cómo oprime– tan oscu… Ganas de sacudir los árboles Para que caiga aquella luz Que se quedó enredada Entre las ramas últimas.
Me he querido mentir que no te amo… Roja alegría incauta, sol sin fren… En la tarde que sólo tú detienes, Luz demorada sobre mi deshielo. Por no apagar la brasa de tus labi…
Ya no va a dolerme el mar, Porque conocí la fuente. ¡Qué dura herida la de su frescura Sobre la brasa de mi frente! Como a la mano hecha a los espinos
Allá en mis años Poesía usaba por… Y su conciencia se llamaba quince. ¿Qué van a hacer las rosas Sin quien les fije el límite exact… ¿Qué van a hacer los pájaros (hast…
Cómo me cantarías sino muerto Al descubrir de pronto bajo el cie… El pensamiento estéril y la tenaz… Si sobre su oleaje ahora atardecid… Surcaron formas plácidas,
El pañuelo de espumas Del rompeolas me lloraba, ¡adiós!, Y en la noche aquel grito —aquella… ¡Ven! Y mi corazón que era sólo Un temblor que cantaba, en medio,
Con ser tan gigantesco, el mar, y… Qué delicadamente dejó escrito —Con qué línea tan dulce Y qué pensamiento tan fino, Como con olas niñas de tus años—,
El agua, entre los álamos, Pinta la hora, no el paisaje; Su rostro desleído entre las manos Copia un aroma, un eco... (Colgaron al revés
Espera, octubre. No hables, voz. Abril disuelve ap… La piel de las estatuas en espuma, Aún canta en flor el árbol de las… Y ya tu augurio a ras del mar, tu…
Preso mejor. Tal vez así recuerde Otra iglesia, la catedral de Taxc… Y sus piedras que cambian de forma… Las calles ebrias tambaleándose po… Y no lo sé, pero es posible que ll…
En esa frente líquida se bañaron… Que fisgaban los viejos desde las… Púberes. Cuando éramos dos sin percibirlo c… Cuando tanto decíamos la voz amor…
Las cosas que entran por el silenc… Sabemos, porque nos dejamos olvida… Soledad llega por los espejos vací… Rompiendo las vitrinas de museo; l… Granadas para que entre el grillo…
Más supo el laberinto, allí, a su… De tu secreto amor con las esferas… Mar martillo que gritas en yunques… La sucesión contada de tus olas. Una tarde inventé el número siete