#Argentinos #SigloXX
¿Que las poleas ya no se contentan con devorar millares y millares de dedos meñiques? ¿Que las máquinas de coser amenazan zurcirnos hasta los menores intersticios? ¿Que la depravación d...
Jamás se había oído el menor roce de cadenas. Las botellas no manifestaban ningún deseo de incorporarse. Al día siguiente de colocar un botón sobre una mesa, se le encontraba en el mism...
En cualquier parte donde nos encontremos, a toda hora del día o de la noche, ¡miembros de la familia! Parientes más o menos lejanos, pero con una ascendencia idéntica a la nuestra. ¿Cu...
Abandoné las sombras, las espesas paredes, los ruidos familiares, la amistad de los libros, el tabaco, las plumas,
Y sacaréme la niebla el turbio zumo oscuro del traspien… la pulpa la soborra de mente toda su gris resaca me sacaré hast…
Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puer…
Nada de nada; es todo. Así te quiero, nada. ¡Del todo!... Para nada.
A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración. Mientras aquéllos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre un...
sola Bella, tiene justo el grandor que queda bien, en la tela que pintan las inglesas. Isola Bella, con su palacio y hasta con el lema del escudo de sus puertas de pórfido: ¡Salones! ...
Tardará, tardará. Ya sé que todavía los émbolos, la usura, el sudor,
No sólo el fofo fondo los ebrios lechos légamos telúrico… y sus líquenes no sólo el solicroo
Es la baba. Su baba. La efervescente baba. La baba hedionda, cáustica;
¡Todo era amor... amor! No había nada más que amor. En todas partes se encontraba amor… No se podía hablar más que de amor… Amor pasado por agua, a la vainill…
Es una intensísima corriente un relámpago ser de lecho una dona mórbida ola un reflujo zumbo de anestesia una rompiente ente florescente
El no el no inóvulo el no nonato el noo el no poslodocosmos de impuros cer…