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Las intermitencias de la vida

Todavía estamos en el principio
de esta novela intermitente
evitando el verbo más valiente
que pronuncia el beso en su ejercicio.
 
Resquebrajada tu espalda de rocío
refregados los pubis meticulosos
una estampida de labios primorosos
que hagan en el río un navío.
 
El domingo de peli-sofá-manta
arrunchados entre los brazos audaces
cincelados los cuerpos de malta.
 
Y con tus suaves piernas me abraces
con un tráfico de fuego te embista
que esta novela intermitente tú la goces.
Preferido o celebrado por...
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