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Devorando angustias

Un huevo de cosas me dan impotencia, pero solo algunas me ponen los pelos de punta

No sé hace cuánto me volví una trituradora de angustias.
Probablemente ante la partida de un ser querido o un episodio fuerte.
Un devorador que prefiere morderse los labios antes de verse débil,
esa persona que aguanta mil y un cosas para evitar ciertos choques.
 
A veces simplemente una cara seria, otras sin expresiones físicas.
Un día de emociones encontradas, con una tarde de lecturas y noches eternas.
Una maquina, parece que ya es predeterminado. Tiendo a moler grises.
 
El devorador de angustias, tristezas e incomodidades.
Aquel que no se sentía bien en muchas reuniones de familia.
Enfrentamientos eternos, desierto en casa.
Con más emoción durante semana que los domingos en casa.
 
Chibolo de cara amargada con risas exageradas,
las mismas que cubren la perdida de navío.
Un mínimo de respeto es lo que siempre quizo,
un mínimo de aire, una serie de vacíos.
 
Lo indispensable de buen trato cuando confiamos,
me sirven dos minutos de sinceridad por correo.
Me basta un minuto de que mantengan su parla,
y solo unos segundos de empatía en el texto.
 
No sé desde cuando, pero amargos tragos de cristales.
Me jode que no exista la equidad en sus momentos.
Un estorbo si me comparan como si fuera el resto
Y peor cuando lo hacen por mofa sin argumentos.
 
Trituradora de malestares cuando hablan de infidelidad, puñales y complejos.
Partes en mi subconsciente conservan malos rastreos.
Me jode que sea risa, me jode que sea joda.
Simplemente me jode todo lo que venga de ese centro.
 
Cosas magras que no comento y que prefiero superar.
Consejos hsta el culo y adolescentes tan pendejos.
A veces el devorador que sufre por cosas que escapan de sus manos,
tantas otras en encaje por el mal del mundo ajeno.
 
El devorador que hace lo posible para evitar malentendidos.
A veces creo que la reciprocidad del mundo la veré en el cielo.
Solo espero que el respeto sea mutuo en esos lares.
Donde solo yo sea Gonzalo, y no dude de gritar lo interno.
 
Un devorador de angustias en procesos eternos.
Desde enano pensando lo mucho que me entrego.
El que prefiere no ver más a veces para no sufrir,
quien prefiere no indagar en las cosas de ajenos.
 
Hay cosas que me pueden destrozar, miles.
Si no buscas alguna de estas podré llevar en paz el juego.
Como persona espero no haya algo que sientas me haga comer angustias.
Y si lo hay eres más de esa gran falta de respeto.
 
GFRC

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