Otra oportunidad/ Another chance
Me deslizo sobre las hojas del otoño de tus besos...
Sus tonos ocres se fracturan, dibujando mis rutas hacia ti...
Todos los verdes nos rodean en este parque,
nos acompañan mientras me acerco, lentamente...
Ya casi puedo distinguir las densas arenas del tiempo
en el rostro que contienen tus manos, acunando soledad,
acunando ilusiones cristalizadas con miedos de sinceridad...
Me invisibilizo para acercarme más
disfrutando a detalle cada arruga,
cada matiz de tus mejillas,
de tus párpados somnolientos,
de la sed de tu alma por algún advenimiento...
Y despliego los hilillos de filigrana que te acariciarán
conectando mis preguntas y respuestas a tu inquieta paz...
Y ya, respirando tu aliento, con mis pulpejos abiertos,
voy sintiendo toda tu piedad, tu dulzura...
El calor del miedo que llevas dentro, enquistado...
geodas de dudas...
Y me conmuevo...
Temblorosa, ante la inmensa dureza de tu disfraz de control y sapiencia que rigidiza tus movimientos,
que te recubre con pesada armadura,
bañada de lamentos repujados en el latón,
aislando el alma...
pagando todo con dolor.
Falsa certeza de llevar la razón y de ser justa
aprisiona tu corazón.
Orgullo fatuo escondido en un caparazón
que sólo miente y engaña a quién no pide explicación.
Te defiendes de ningún ataque,
por el miedo a mostrar vulnerabilidad,
miedo a que te palpen lo más blando y triste,
miedo a que descubran lo que está adentro, atesorado...
tu bondad.
Trato de dejarte escuchar el desfile de músicos que con su concierto ablandarán tu coraza, te elevarán la mirada, para sonreír a otras pieles sonrosadas.
Para establecer vínculos vacíos de resquemores, amplios...
como el mar...
Más te revuelves y te resistes,
engranando y encajando piezas huecas de metal.
Ya sin otro recurso,
te toco el alma,
con mis dedos de ángel muerto,
y las páginas de tu libro inconcluso se despliegan
y pasan veloces ante el viento del amor
que rodea cada bendición añil,
derrochando lluvia de sentimientos...
Embebida y empapada te dejo allí...
Te has encontrado con lo que está en ti...
Mira profundo, directo,
escarba, olisquea y juega...
Sé benévola con lo de ti que no toleras
más en otros puedes comprender...
Sé tu amiga...
ya has sido tu más dura enemiga...
Prueba algo nuevo esta vez...
Te quedan otoños por caminar...
Te quedan hojas que transmutar
sobre las que escribir para poder respirar...
Haz lo que te plazca...
pero no dudes de tomar para ti el camino que recomendarías a alguien a quién amaras,
a quién pudieses acariciar...
Y a quién, de poder ser, regalarías en un cofre del destino,
otra oportunidad...
I slide on the autumn leaves of your kisses...
Its ocher tones fracture,
drawing my routes towards you...
All the greens surround us in this park,
they accompany us as I approach, slowly...
I can almost make out the dense sands of time in the face that your hands contain, cradling loneliness...
cradling crystallized illusions with fears of sincerity...
I make myself invisible to get closer
enjoying each wrinkle in detail
every shade of your cheeks,
of your sleepy eyelids,
of the thirst of your soul for some advent...
And I unfold the filigree threads that will caress you
connecting my questions and answers to your restless peace...
And already, breathing your breath,
with my open fingertips,
I’m feeling all your pity, your sweetness...
The heat of fear that you carry inside, entrenched...
geodes of doubts...
And I’m moved... trembling,
before the immense hardness of your disguise of control and wisdom that stiffens your movements.
That covers you with a heavy armor,
bathed in cries embossed in brass,
isolating the soul... paying everything with pain.
False certainty of being right and to be fair imprisons your heart. Foolish pride hidden in a shell
who only lies and deceives who does not ask for an explanation. You defend yourself from any attack,
for fear of showing vulnerability
fear of being touched by the softest and saddest fear of discovering what is inside,
treasured... your goodness.
I try to let you listen to the parade of musicians who with their concert will soften your shell,
will raise your eyes, to smile at other rosy skin
to establish links empty of resentments, broad...
like the sea...
And you stir and resist, meshing and fitting hollow pieces of metal.
With no other recourse,
I touch your soul with my dead angel fingers,
and the pages of your unfinished book unfold
and they pass quickly before the wind of love that surrounds each indigo blessing,
wasting rain of feelings...
Drenched and soaked I leave you there...
You have found what is in you...
Look deep, direct, dig, sniff and play...
Be benevolent with what you do not tolerate in you,
but in others you can understand...
Be your friend...
You have already been your toughest enemy...
Try something else this time...
You have autumns to walk...
You have leaves to transmute about which to write in order to breathe...
Do as you please... but do not hesitate to take for yourself the path that you would recommend to someone you love, who you could caress...
And who, if it could be, you would give as a gift, in a chest of destiny, another chance...
