#1931 #EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos #SóngoroCosongo
¡Ay que linda mi bandera, mi banderita cubana, sin que la manden de afuera, ni venga un rufián cualquiera a pisotearla en La Habana!
Por el Mar de las Antillas (que también Caribe llaman) batida por olas duras y ornada de espumas blandas, bajo el sol que la persigue
Siento que se despega tu recuerdo de mi mente, como una vieja estamp… tu figura no tiene ya cabeza y un brazo está deshecho, como en… calcomanías desoladas
Noticias de buena fuente denuncian hechos muy malos; que están repartiendo palos desde Oriente hasta Occidente. El ejército, obediente
Sencilla y vertical, como una caña en el cañaveral. Oh retadora del furor genital: tu andar fabrica para el espasmo g…
La escena, en un salón familiar. La madre, blanca, y su hijo. Un niño negro, uno chino, uno judío, que están de visita. Todos de doce años más o menos. La madre, sentada, hace labor, ...
Stalin, Capitán, a quien Changó proteja y a quien r… A tu lado, cantando, los hombres l… el chino, que respira con pulmón d… el negro, de ojos blancos y barbas…
La vida empieza a correr de un manantial, como un río; a veces, el cauce sube, a veces, el cauce sube, y otras se queda vacío.
La lluvia, el cielo gris. Pas de téléphone lejos de ti. (Me duele el corazón). ¿ Qué hacer para saber
La muerte es un suplicio banal, si se compara con este andar a tientas tras una sombra vaga. Entrecambiar al paso
La Habana, con sus caderas sonoras, y sus moradas ojeras a todas horas. Danza de pasos medidos
Toco a la puerta de un romance. —¿No anda por aquí Federico? Un papagayo me contesta: —Ha salido. Toco a una puerta de cristal.
Si es que me quieres matar, no esperes a que me duerma, pues no podré despertar. Muerto, ay, muerto y también dormido,
Oh llanura materna, tierra mía, ancho cuero de toro, seco y duro: Ni un monte tienes de granito puro que interrumpa tu tensa geografía. ¿Ni un monte tienes de granito pur…
Que quieres, dicen, ser periodista. Eso, mi amigo, mucho me atrista. ¿Cómo, si eres,