#Camagüeyanos #Cubanos #SigloXX #LaPalomaDeVueloPopular
La escena, en un salón familiar. La madre, blanca, y su hijo. Un niño negro, uno chino, uno judío, que están de visita. Todos de doce años más o menos. La madre, sentada, hace labor, mi...
La flauta gemía su melancolía. La flauta decía: no hay pena tan grande cual la pen… La flauta gemía
Haz que tu vida sea campana que repique o surco en que florezca y fructifi… el árbol luminoso de la idea. Alza tu voz sobre la voz sin nombr…
¡Quirino con su tres! La bemba grande, la pasa dura, sueltos los pies, y una mulata que se derrite de sab…
Cerca de ti, ¿por qué tan lejos ve… ¿Por qué noche decir, si es mediod… Si arde mi piel, ¿por qué la tuya… si digo vida yo, ¿por qué tú muert… Ay, ¿por qué este tenerte sin tene…
Soldado, aprende a tirar: Tú no me vayas a herir, que hay mucho que caminar. ¡Desde abajo has de tirar, si no me quieres herir!
Quemaste la madrugada con fuego de tu guitarra: zumo de caña en la jícara de tu carne prieta y viva, bajo luna muerta y blanca.
No sé si me olvidarás, ni si es amor este miedo; yo sólo sé que te vas, yo sólo sé que me quedo. (Andrés Eloy Blanco)
Entre los recuerdos que guardo de mi infancia camagüeyana, pocos se me presentan de manera tan enérgica como aquellos que hunden su raíz en el quehacer político del hombre que me dio vi...
Yo, que pensaba en una blanca send… donde esconder mi vida bajo el azu… hoy pese a la inocencia de aquel d… muero estudiando leyes para vivir… Y en vez de una alegría musical de…
El Aconcagua. Bestia solemne y frígida. Cabeza blanca y ojos de piedra fija. Anda en lentos rebaños con otros animales semejantes
No sé. Lo ignoro. Desconozco todo el tiempo que andu… Sin encontrarla nuevamente. ¿Tal vez un siglo? Acaso. Acaso un poco menos: noventa y nue…
La muerte es un suplicio banal, si se compara con este andar a tientas tras una sombra vaga. Entrecambiar al paso
Cuando yo vine a este mundo, nadie me estaba esperando; así mi dolor profundo se me alivia caminando, pues cuando vine a este mundo,
Mira si tú me conose, que ya no tengo que hablá: cuando pongo un ojo así, e que no hay na; pero si lo pongo así,