¿Cuál fiera tempestad, cuál accide… mi tan sereno mar ha vuelto airado… ¿Qué es del fuego, señora, en que… fue vuestro corazón tan dulcemente… Si en el perpetuo olvido amor cons…

Sabe Dios sin saber de vos deseo, y témolo saber más que la muerte: ved, señora, cuál es mi mala suert… de qué contrarios tormentar me veo… De no saber de vos tan mal poseo

Cubrir los bellos ojos con la mano que ya me tiene muerto… cautela fue por cierto; que ansí doblar pensastes mis enoj… Pero de tal cautela

Dulce, sabrosa, cristalina fuente, refugio al caluroso ardiente estío… adonde la beldad del ídol mío hizo tu claridad más transparente, ¿qué ley permite, qué razón consie…

Si jamás el morir se probó en vida… yo triste soy el que lo pruebo y s… con extraño dolor, pena y tormento… en esta trabajosa mi partida. Mi alma en vuestro gesto embebecid…

II «¿Qué pérdida, qué mal, qué sentim… qué voces, qué gemido es el que su… ¿Qué gente, de color, de angustia… llora sobre este triste monumento?…

En un bastón de acebo que traía por sostener el cuerpo trabajado, Vandalio de su mano había entallad… la imagen que en el alma poseía. Y como que presente la tenía,

Si de Roma el ardor, si el de Sag… de Troya, de Numancia y de Cartag… si de Jerusalén el fiero estrago, Belgrado, Rodas y Bizancio junto; si puede a piedad moveros punto

Cuando pienso me da dolor doblado; ningún pensar me da contentamiento… si fuera de pensar deleite siento, ni sé entenderme a mí ni a mi cuid… Entre mi mal el bien viene mezclad…

Para justificarme en mi porfía tal vez muevo la pluma que os alab… y antes de comenzar pide que acabe de celoso temor la fantasía. Pónesele delante al alma mía

Corre con tempestad furiosa y fuer… el más cuerdo piloto, el más exper… y en viendo cerca el deseado puert… el miedo en esperanza se convierte… mas queriendo surgir la mala suert…

Contra el influjo del contrario ci… que a nuestra voluntad cegar porfí… ha andado trabajando el alma mía por defenderla de amoroso velo. Y no bastando aquel divino celo

Amor me trae en la mar de su torme… al placer de la ondas de mudanzas, mil fortunas tal vez, tal vez muda… traen acá y allá mi sentimiento. Sígueme alguna vez próspero viento…

El dulce fruto en la cobarde mano y casi puesto a la hambrienta boca… de turbado lo suelta y no lo toca, vencido de un temor bajo, villano, Vandalio; y el Amor, fiero tirano…

¿Será verdad, ¡ay, Dios!, serán a… este temor villano, este recelo? ¿Será verdad, ¡ay Dios!, el desco… que de nuevo da fuerza a mis enojo… ¿Será verdad, ¡ay Dios!, que vean…