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Te vi

Ayer te vi, te mirabas tan feliz la mirabas con los mismos ojos anhelantes y llenos de amor con los que yo te miraba a ti.
Pero con los que nunca pudiste mirarme a mi.
Y me sentí rota porque aún cuando tu me enseñaste a amar, nunca pudiste amarme a mi.
Por que aún cuando mi piel se encendía con el tacto de la tuya, la tuya ni siquiera se estremecía con el tacto de la mía.
Aún cuando mis labios siempre buscaban anhelantes los tuyos, los tuyos le rehuían a los míos con ahínco, como si besarme no fuera más que un sacrificio.
Y fue ahí donde entendí de manera amarga que hay unos que amamos eternamente y otros que solo enseñan pero no lo sienten.
 
H-2003
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