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La vida

Y después de tanto dolor
                     todo se detuvo.
 
Ese día ella tomó su vida
y la dobló con cuidado,
la escondió debajo de ese inmenso árbol y se sentó a     pensar.
 
Apenada la miraba de repente,
le daba su tiempo,
la estudiaba, la extendía y con mucha ternura y delicadeza la volvía a acicalar.
 
Y aquel día derrepente,
entusiasmada se levantó a primera hora,
desesperada corrió a rociarla de lavanda fresca
decidió extenderla, abrazarla,
sin miedo se la puso sobre sus hombros
 
y ese día
ese día ella volvió a vivir.

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