Rutina
Vas a despertar. Te vas a levantar
y a enfrentar esta vida que elegiste
o que te eligió. Caminarás, saludarás.
Comerás dulces y saladas obligaciones,
preferencias. Estarás viajando
a donde siempre viajas y volveras
a donde siempre vuelves. Variaras
tu costumbre con pequeños detalles
esperando que, tal vez, en este mecanismo,
en este gran mecanismo de engranajes y relojes,
una falla, un fragmento imprevisto, atore la rutina,
altere el circuito, destruya el sistema,
y en cada comprobación de tu esperanza errada
te consolarás pensando que el caos siempre irrumpe,
lo que, en términos absolutos, es cierto:
Los efectos, mayormente, obedecen a causas invisibles,
a insospechados inicios. Pero a la hora de pagar facturas,
de viajar sin asientos, de definir los roles,
nada de eso importará;
o importará poco tiempo, seamos benignos.
Existirás
junto a los que existen.
Tus pensamientos cambiarán,
tus sentimientos.
Te llamarás como te llames
pero no serás el mismo de lunes a lunes:
quizá seas más;
quizá seas menos.
Sin duda dormirás para comenzar todo de nuevo.
