Comparo mi amor con los hermosos tulipanes; ambos fueron el algún tiempo anhelados y poseídos con desesperación, con tu fervor y ternura que ni los mas desventuradas riquezas de los mas soberbias arcas comprarían la doblegación del sentir de mi verdadero amor, hermoso, adorable. Sin prestar atención al mundo y sus elogios, son estos vanos frente a ti. Nos sumimos en la eternidad del tiempo que nuestra unión provee. Pero aunque nuestro tiempo se marchitase como el puro tulipán, su belleza vivirá en mis recuerdos con locura hasta que me marchitase. Aunque no me correspondas, ni conozcas mi sentir, tan hermoso como el tulipán, no cambiara que su belleza deje de cautivarme... Somos todos holandeses desesperados por encontrar tulipanes en la ribera, estirando los dedos del alma para sentir por un breve instante el suave pétalo del amor.