Canción para acompañar: REM, Everybody hurts
Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias.
Victor Frankl, 1946.
Cae la noche Y siento que me abraza, Hasta cubrirme, Tu negra cabellera. La luna es tu ojito derecho
La semilla aguarda, oculta, su momento. Es su ligereza lo que lleva lejos a una pluma.
Desaparecí. Doblé la esquina del adiós, Creí tu “no pasa nada” Y enfilé mis pasos Hacia cualquier lugar
Trajes de Armani, Gafas de Gucci, IPad, Rolex, Señuelos, señales De una mejor vida.
Para que encontréis la verdad, Tejen los artistas con su piel El mapa de este caótico cosmos. Para que disfrutéis de la belleza, Unen imposibles partículas de nada
Ocurre que me aburro De leer una y otra vez Los mismos poemas: Te quiero y me muero, —O me quiero y te muero,
Qué bonito es vivir en Fantasía. Salvo que te lo creas. Yo lo hice. Me levanté del suelo un palmo Creyendo que levitaba,
Me volví a los bosques del Norte A aullar a la pálida luna, A cazar solo, lo necesario, A limpiar el alma de escombros. Atrás dejé a Tormenta
Tengo el corazón de mil años, De piedra, desvencijado, Erosionado por la arena, En ruinas por el uso, malogrado. Los mil inviernos en el alma,
¿Por qué estás triste, Blue girl? ¿Qué puede oprimir tanta sutil belleza? ¿Qué secretos esconden
Trece rosas, trece Que tuvieron la mala suerte De creerse jóvenes y libres En un jardín de señoritos, Segadas vilmente por manos
No desprecies a las hormigas Cuando vueles como un faisán, Y cuando te toque arrastrar Tus huesos por el fango, Recuerda que hasta el gusano
Vigilia, no huyas de mí. Quiero amar sin conocer, Un amor de estío en enero, el sueño de una fría y eterna noche de verano,
Hay miradas que anticipan el truen… Hay sonrisas que preceden la despe… Hay salas de espera de tanto amar… Hay un gato maullando un blues en… Hay grajos que vuelan alto en las…
Nos acostumbramos A la injusticia A la ignominia A las mentiras A la traición