PASAJERA DE LA VIDA
La estación del amor tiene rotaciones permanentes,
perfectas nacen cuando vencen el temor al fracaso
naturalizando una oportunidad para si misma,
sintiéndose sonrojar sin ocultar ni escabullirse,
parpadeando nerviosa tras un guiño nuevo ante aquel ajeno
esta piel quiere tenerte, tenerte es una necesidad.
Las estaciones primicias no tienen horizontes
Iluminan obsecuente mente la naturaleza
pintan abiertas sus puertas... abiertas para que entres,
los deseos están manifiestos, siempre recordando sin jamas olvidarte.
Deja que la muerte se despida de la quietud amenazante,
la memoria tiene solo el sentido de ser solo eso... el pasado,
congelando la quietud para activar la libertad de seguir siendo
esta piel quiere tenerte, tenerte es una necesidad.
A la estación primaveral la precede el invierno crudo,
la razón se perturba sin el existir y las sensaciones sino generan vida
no quedan huellas de tus besos en estas tierras secas y movedizas
esperan sin promesas tus sombras acunadas en las propias sombras.
Pasajera y caminante sin rumbo eres vida en las fronteras imaginarias,
no hay misterios ni deseos cuando la noche va envejeciendo
verbo caprichoso es este deambular sin final ni destino,
insiste en llamarte buscando pertenecer y dejar de ser forastera
se mira en el ayer y renueva pasiones fraguando los campanarios de bronces
anunciando cual atalaya en llamas que el amor nos pertenece y acompaña
desde que nacemos, para apañarnos hasta el final del camino .
Autora, derechos Reservados
Jéssica Lizama Arriagada
Arica-Chile
18/11/2015
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