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La manzana

He mordido en la manzana
la lluvia fresca, mi cuerpo
y una fuerte mañana.
 
Tiene un sabor de un ayer
amargo, ácido y grana,
y tierno olor a mujer.
 
Suena como en el caracol
una conversación eterna,
una conversación...
 
—Adán, toma... Adán, prueba...
¡Gózame! ¿No ves que soy fruta
madura, que soy Eva?
 
(Ahora puedo explicarme
porque entre la ropa blanca
—tesoro de campo y aire—
Has guardado una manzana
para perfumar tu carne)
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