Hay barcas que se hunden en el río penetrando en la selva como si estuvieran persiguiendo el sol.
Caen desesperanzadas dejándose llevar por el agua turbia y las grandes rocas.
Caen en el fondo para no rodar mas
Y olvidan de flotar como virtud.
Meándrico, las curvas del río no recordaran más su barca pasar con su motor desalentado y sus tripulantes bulliciosos.
El rio sabe más que escribir, borrar. Y más que ladrar, fluir.