Mirando el mar de estrellas arriba de mi cabeza
un pensamiento tocaba a mi consciencia
como padrastro borracho lo hacia con rudeza
no pude ser sordo al ruido de su violencia
Atendí a la fuerza ante su insistencia
prestaba atención a su verborrea
y lo dejé ir por el río de mi paciencia
como soldado entrenado tenía su resistencia
Ráfagas de ensoñaciones acribillaban mi calma
extinguí las llamas que consumían mi alma
la obra de mi vida pasaba por un drama
corrí al refugio que fabrique a base de palabras
Defendiéndome de demonios con mi bic espada
cerré las puertas de mi corazón a lo que odiaba
y como un arca resguardé lo que mas amaba
el diluvio de odio pronto sus aguas bajaba