Espero que recuerdes esas noches frías y solitarias cuando salíamos a caminar acompañados por el calor de nuestros pensamientos, las personas nos miraban y en sus ojos alcanzábamos a ver como nos gritaban “locos” pero no era locura lo que teníamos (o quizás si) era amor lo que nos hacia sonreír, recuerdo una noche que me estabas leyendo Fahrenheit 451 el movimientos de tus labios al pronunciar cada palabra, el frío no importaba, las miradas de los de mas no importaban, solo tu y tus ojos, esos mismos que se estrellaron en mi mente para quedarse eternamente en ella, te perdías entre cada linea y yo me perdía en ti.

Aun recuerdo cuando el tiempo ese miserable que subió a una estrella para alejarse lo mas que pudo de nosotros nos lanzo su maldita mirada para hacer mas efímero nuestro encuentro, te enterré tiempo después cuando aun mi mano seguía cálida por el roce de tus senos, pero aun así sigo visitando tu tumba, llevándote los poemas que jamas vas a leer, dejándote mis lagrimas entre tu nombre tallado en mi memoria... morir no vasto para olvidarte, ni tampoco mi muerte esa que me asecha cada noche bastara, porque cuando quieran ver porque fue mi sufrimiento encontraran que mi alma aun arde por ti.