#EscritoresPeruanos
Todos dicen que la realidad Es un cubo negro. Pero tal vez Somos nosotros que no vemos No sabemos qué cosa es La realidad y la confundimos
Adoro tus piernas desnudas Adoro todo lo que nace Y lo que muere entre ellas Hay un manantial de aguas sagradas En su centro de mariposa
Aura suprema, besa mi garganta hel… Confiéreme la gracia de la vida, d… El suplicio de la sangre, la majes… De la nube. Que en cada gota del… Haya tristeza, sombra y amor. ¡Oh…
Si entre esferas me acuesto Si entre esferas me despierto Es porque tu sexo Es porque mi sexo Se parece tanto al mío
Hoy quisiera hablar de mi conciert… De trapos de mi saxofón De terciopelo azul de mi clarinete Que sube y baja como el sol Hasta alcanzar la divina incandesc…
Camino entre mi sombra Y la sombra de los pinos. Mi cuer… Es un puñado de hierba a la deriva Y el bosque azul que me rode Soy yo mismo que respiro. Y a no…
Tropezando con mis brazos Mi nariz y mis orejas sigo adelant… Caminando con el páncreas y a vece… Hasta con los pies. Me sale luz d… Me duele la bragueta y el mundo en…
Sentado en una silla Con los ojos y las manos en pantal… Veo pasar el río de mi sangre Hacia la muerte Venas cartílagos y nervios
No me es posible escribir Sin recordar Por lo menos tu nariz padre César No me es posible enterrar tu perfi… En una rima y nada más. El fulgor
Cubro tu cuerpo Con una sábana blanca Sobre un lecho sombrío Y el único fulgor que veo Debajo de ella es tu hermosura
Óyeme tierra, así, escribiendo así… En la espesura de pámpanos dormido… Mi pecho frío junto a mis intestin… Se ha cuajado. Mis dedos alhajado… Buscan el Árbol de la Noche, clav…
No tengo límites Mi piel es una puerta abierta Y mi cerebro una casa vacía La punta de mis dedos toca fácilme… El firmamento y el piso de madera
Cerebro de la noche, ojo dorado De cascabel que tiemblas en el pin… Yo soy el que llora y escribe en e… Palomas y níveas gradas húndense e… Y ante mi cabeza de sangre pensand…
Ya todo se hace velozmente El rocío Se fabrica en un minuto La mirada ya no es necesaria Y en su lugar
Cuando el señor Pérez salió de su… No encontró su automóvil Ni la ciudad en que vivía No encontró sino vidrios Y un deslumbrante animal