Besos y mordidas
Es posible, mi amor, que tú recuerdes,
que al incluir las espinas en las rosas,
alternas con las noches borrascosas
el cielo azul y las llanuras verdes;
y es de esperar, también, que tú concuerdes
conmigo, en que te arriesgas cuando gozas,
desplegando esas tretas alevosas
cada vez que me besas y me muerdes.
Puedes lograr que acepte yo en mi vida
la mezcla de tu agravio y embeleso
y en la pena la dicha compartida;
o puede, igual, tu proceder avieso
provocar el rechazo a la mordida
y el rechazo a las mieles de tu beso.
Preferido o celebrado por...
