Locura de amor
Porque amar es travesura
mezcla de miel y amargura,
locura que cura el cura
cometiendo otra locura,
y esa cura, no se cura.
Sea que llegue tu alma pura
o, digamos, algo impura,
la locura se te augura:
tendrás esa calentura
hasta la muerte, segura.
Y si hay que jurar, tú jura
y disfruta su ricura,
llegará la edad madura
con una que otra fisura.
¿derechura? ni en pintura.
Y si luego no carbura,
y si pierde la cordura,
tú cuida la tesitura:
ponte una buena envoltura
y conservarás tu altura.
Una mano de ternura,
y otra mano de costura
a manera de sutura:
hará milagros natura
y mantendrá tu estatura.
Y si la gente murmura
cuchicheos de gordura
y el amor a la fritura
te revienta la moldura,
tú sigue con tu lectura.
Y si la vida conjura,
por más que seas su criatura,
y te cobra la factura
y te mide la cintura
tú responde con soltura:
Empieza a hablar de fractura,
al borde de la clausura,
hasta el hastío de censura,
que todos buscan basura
y que prevés tu ruptura.
Verás que todo es mesura,
tranquilidad y frescura,
sabiduría y cultura,
alegría y buenaventura,
la presente y la futura.
Mientras haya desmesura,
y la pasión dura, dura,
sin importar la postura,
y menos la compostura,
así hasta la sepultura.
Preferido o celebrado por...
