Cargando...

La visita

Pasada la hora de las ignominias
los viejos apagaron con tierra las fogatas
las mujeres y niños recogieron las tiendas
los hombres empuñaron el fusil.
 
La ruta del desierto fue muy dura:
se abrieron paso a tiros en medio de la noche
para no ser esclavos para no ser vendidos
igual que reses en su propio hogar.
 
Hoy con su pueblo a salvo los guerreros
han vuelto al territorio de la casa invadida
y el enemigo sabe que si alcanza un momento
a ver sus rostros es que va a morir.
 
¡Oh tú que me censuras pues no escribo
de dioses y me exalto por cosas de la tierra!
conoce a estos hombres: como los inmortales
luchan ardiendo por su libertad.

Otras obras de José Agustín Goytisolo...



Top