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El pecado

El pecado nacía
como de negra nieve
y plumas misteriosas que apagaban
el rechinar sombrío
de la ocasión y del lugar.
 
Goteaba exprimido
con un jadeo triste
en la pared del arrepentimiento,
entre turbias caricias
de homosexualidad o de perdón.
 
El pecado era el único
objeto de la vida.
 
Tutor inicuo de ojerosas manos
y adolescentes húmedos colgando
en el desván de la memoria muerta.
Preferido o celebrado por...
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