#SigloXX #Suicidio #Venezolanos (1925) La del timón torre
Agonicé en la arruinada mansión de recreo, olvidada en un valle profundo. Yacían por tierra los faunos y demás simulacros del jardín. La maleza desmedraba los árboles de clási...
Los nómades, reducidos a la indigencia, habían fijado su tienda de campaña en medio de un llano roído por el fuego. Los caballos, prácticos en el arte de acertar con la hierba debajo de...
Asisto en el coliseo romano al sacrificio de los mártires sublimes. Se han juntado en el centro del estadio y sugieren el caso de una cohorte diezmada, sensible al mandamiento del honor...
Prebenda del cobarde y del indiferente reputan algunos la soledad, oponiéndose al criterio de los santos que renegaron del mundo y que en ella tuvieron escala de perfección y puerto de ...
Fijamos la tienda de campaña en el suelo de arena, invadido por el agua de una lluvia apacible. Vivíamos sobre las armas con el fin de eludir la sorpresa de unos jinetes de raza imberbe...
Para entrar en el reino de la muerte avancé por el pórtico de bronce que interrumpía las murallas siniestras. Sobre ellas descansaba perpetuamente la sombra como un monstruo vigilante. ...
Unas rayas de buril bastarían para el trasunto del paisaje elemental. Algún árbol enjuto, esqueleto de palos, signo de blasón, vivía sobre el suelo calcinado. Montes negros, d...
¡Cuánto recuerdo el cementerio de la aldea! Dentro de las murallas mancilladas por la intemperie, algunas cruces clavadas en el suelo, y también sobre túmulos de tierra y alguna vez de ...
El licenciado escribe una breve novela de equivocaciones y de casos imprevistos, ocupando las demoras de una corte en donde juzga, mal remunerado y holgazán. El licenciado no perno...
Su veste blanca y de galones de plata sugería la estola de los ángeles y las galas primitivas del lirio. Una corona simple, el ramo de un olivo milenario, ocultaba sus sienes. Los ojos ...
El galán quedó tendido en el suelo de nieve, entre los árboles disecados por el invierno. Salía del baile de máscaras, animado de la pasión de los celos, a demandar un desagravio. Recib...
Yo vivo a los pies de la dama cortés, atisbando su benigna sonrisa de numen. El cierzo invade la sala friolenta y cautiva en su torbellino las quimeras y los fantasmas del hastío. ...
Yo visité la ciudad de la penumbra y de los colores ateridos y el enfado y la melancolía sobrevinieron a entorpecer mi voluntad. El sol de un mes de lluvia provocaba el hechizo del...
La noche disimulaba el litoral bajo, inundado. Unas aves lo recorrían a pie y lo animaban con sus gritos. Igualaban la sucedumbre de las arpías. Yo me había perdido entre las cabañ...
Los árboles, de columna desnuda, esparcen hacia arriba una armazón vigorosa, reparo de la frente del castillo. De los torreones cuelga una broza parásita, de crines ralas. Alí sube...