Cargando...

Cápsulas

El pobre Juan de Dios, tras de los éxtasis
       del amor de Aniceta, fue infeliz.
Pasó tres meses de amarguras graves,
       y, tras lento sufrir,
se curó con copaiba y con las cápsulas
       de Sándalo Midy.
 
Enamorado luego de la histérica Luisa,
       rubia sentimental,
se enflaqueció, se fue poniendo tísico
       y al año y medio o más
se curó con bromuro y con las cápsulas
       de éter de Clertán.
 
Luego, desencantado de la vida,
       filósofo sutil,
a Leopardi leyó, y a Schopenhauer
       y en un rato de spleen,
se curó para siempre con las cápsulas
       de plomo de un fusil.

#EscritoresColombianos (1891-1896) El de libro versos

Preferido o celebrado por...
Otras obras de José Asunción Silva...



Top