Golpeo ahora —y nadie dentro— con los nudillos hasta hacerme sangre —y nadie dentro—

Mujer, quiero ya huir, quiero sent… tan distinta, distante, adivinada, que el tacto sea ajeno a la llegad… y aun el sueño incapaz para fingir… Tan lejos que no pueda orarte, her…

Vuelvo a mi casa, más alta que la tuya, Luisa Esteban, pero sin una ventana que dé al atrio de la iglesia. —¡Adiós, adiós—

Ir y venir de todas las memorias que el alma, olvidadiza, desenreda… verse hombre solo, antiguo y solo,… ver que todos los tiempos están ce… De un golpe, como hermosos corazon…

Arrojado a tu luz madrugadora, me muero niño y soy todo un deseo de varón en continuo jubileo hacia tu corazón de ruiseñora. De trino escalador junto a la auro…

Tú eres el corazón con lo vivido, en ti está lo que atrás vamos deja… lo que hemos ido con pasión amando… definitivamente ya perdido, en ti vemos las gracias que se han…

Sí; tú eres el amor. Y nadie enfr… No hay nadie al otro lado. cuando… vas a tus mismos labios, y regresa… vacía para buscarte inútilmente. está sólo el amor. No de repente.

Se oye levísima la voz del viento. Suena entre los árbole… quizá como nunca sonó. (La noche nace como un río de las manos mismas de Dios.)

A tu orilla he venido. Tengo un o… y una voz desusada. Tú me esperas:… una pasión y un fruto. Y tiene nue… el vuelo, la corriente, seguros, p… He venido a tu orilla con los braz…

Mira cómo se quema el Guadarrama en sus torres azules. Esa loma tiene un poco de nieve, una paloma que ha librado sus alas de la llam… Qué desierta de pájaros la rama

Te han nacido los ojos con pregunt… y sin cesar me asedias preguntando… Y yo sin contestar... Hija, ¿hast… mudos tú y yo: dos ignorancias jun… ¿Hasta cuándo en silencio irán las…

Gracias, Señor, porque estás todavía en mi palabra; porque debajo de todos mis puentes pasan tus aguas. Piedra te doy, labios duros,

Soy esto sólo, un grito que se ord… para cantarte a ti recién venida, un ala inesperada y decidida que roza en esa piel, en esa arena de tus hombros, y ciega se encaden…

Hoy he tomado el barro de la palab… su piel ya me conoce; poco a poco,… por mi caricia, vibra, responde a… de la costumbre. Toco. Me adueño… Penetro en la palabra. Las orilla…

No sé si soy así ni si me llamo así como me llaman diariamente; sé que de amor me lleno dulcemente y en voz a borbotones me derramo. Lluvia sin ocasión, huerto sin amo