Voy hacia ti, luz y fe por ti logr… con el valor del labio y de la fre… todo mi ardor, ya sed en tu corrie… destino entre tus manos sosegadas. Traigo una nueva vida a tus mirada…

Ya todo preparado, suspendidas las lágrimas de aquel… todo deshabitado para el tacto que… la raíz poderosa de su hermosura f… —oh, terciopelos muertos de rubor…

Tú eres el corazón con lo vivido, en ti está lo que atrás vamos deja… lo que hemos ido con pasión amando… definitivamente ya perdido, en ti vemos las gracias que se han…

Porque te hice de la nada, de la sorpresa y el deseo, de la carne de las palabras y con la forma de los sueños, y porque sólo una mirada,

Mis ojos van por estos árboles, pájaros tristes del otoño, desalentados, con memoria de los verdores más remotos. Dudan, avanzan, se confunden

Canta el mar a mis pies, canta y r… y dice su mensaje apresurado hasta escalar la soledad del prado donde otra playa de verdor se estr… Se ve en la hondura el oro de la a…

Gracias, Señor, porque estás todavía en mi palabra; porque debajo de todos mis puentes pasan tus aguas. Piedra te doy, labios duros,

Vuelvo a mi casa, más alta que la tuya, Luisa Esteban, pero sin una ventana que dé al atrio de la iglesia. —¡Adiós, adiós—

Entra en la playa de oro el mar y… la cárcava que un hombre antes, te… hizo con su sosiego. El mar se ha… y se ha quedado niño, entre la are… Así es este eslabón de tu cadena

Ir y venir de todas las memorias que el alma, olvidadiza, desenreda… verse hombre solo, antiguo y solo,… ver que todos los tiempos están ce… De un golpe, como hermosos corazon…

Te han nacido los ojos con pregunt… y sin cesar me asedias preguntando… Y yo sin contestar... Hija, ¿hast… mudos tú y yo: dos ignorancias jun… ¿Hasta cuándo en silencio irán las…

Qué quieto está ahora el mundo. Y… qué cerca estás. Podría hasta toca… Y hasta reconocerte en cualquier p… de la tierra. Podría decir: río, y nombrar a tu sangre. En el vacío

Contigo, mano a mano. Y no retiro la postura, Señor. Jugamos fuerte… Empeñada partida en que la muerte será baza final. Apuesto. Miro tus cartas, y me ganas siempre. Ti…

Se oye levísima la voz del viento. Suena entre los árbole… quizá como nunca sonó. (La noche nace como un río de las manos mismas de Dios.)

A tu orilla he venido. Tengo un o… y una voz desusada. Tú me esperas:… una pasión y un fruto. Y tiene nue… el vuelo, la corriente, seguros, p… He venido a tu orilla con los braz…