#Españoles (1952) 42 Quinta del
¿Estarás siempre de mi parte, adormecida entre mis brazos, primaveral y musical, afirmándote y afirmándonos? ¿A centenares de kilómetros,
Frente a la playa desierta, oyendo caer la lluvia, es como si hubiera vuelto a llorar sobre mi tumba. Baten las alas (las olas).
Como la rosa: nunca te empañe un pensamiento. No es para ti la vida que te nace de dentro. Hermosura que tenga
Me tendí sobre la hierba entre los… que hoja a hoja desnudaban su bell… Dejé el alma que soñase: volvería a despertar en primavera. Nuevamente nace el mundo, nuevamen…
Apagamos las manos. Dejamos encim… y nos pusimos a andar por la tierr… Ahora ya es tarde. Las albas vend… Ciegos iremos. Callados iremos, m… hacia su patria remota.
Mi reino vivirá mientras estén verdes mis recuerdos. Cómo se pueden venir nuestras murallas al suelo. Cómo se puede no hablar
De todos los que vi (se sucedían fatalmente), de todos los que vi, todos aquellos que solicitaron —de quienes yo solicité—ternura, calor, ensueño, olvido, paz o lágr…
Llegué por el dolor a la alegría. Supe por el dolor que el alma exis… Por el dolor, allá en mi reino tri… un misterioso sol amanecía. Era alegría la mañana fría
En mí la siento aunque se esconde.… mis oscuros caminos interiores. Quién sabe cuántos mágicos rumores sobre el sombrío corazón deshoja. A veces alza en mí su luna roja
Aquel momento que flota nos toca con su misterio. Tendremos siempre el presente roto por aquel momento. Toca la vida sus palmas
Canta, me dices. Y yo canto. ¿Cómo callar? Mi boca es tuya. Rompo contento mis amarras, dejo que el mundo se me funda. Sueña, me dices. Y yo sueño.
Inútilmente interrogas. Tus ojos miran al cielo. Buscas detrás de las nubes, huellas que se llevó el viento. Buscas las manos calientes,
En esta encrucijada, flagelada por vientos de dos ríos que despeinan la calle y la avenid… pisoteada su negrura por gaviotas… descienden las palabras a mi mano,
Tú que hueles la flor de la bella… acaso no comprendas las mías sin a… Tú que buscas el agua que corre tr… no has de beber mis aguas rojas. Tú que sigues el vuelo de la belle…