Tu voz es un apacible acorde de caricias achampanadas
y tu fornido cuerpo al transpirar, es como el grato olor
de las finas y aromatizadas flores del acacia
¡Soy adicto a tus besos y a tus mimos!
En el amarre de tu cuerpo contra el mío,
me desbarato, enloquezco y alucino…
En el anclar de mi barco en el fondo de tu sexo
me destapo, me desbordo y me deshilo…
Y cuando me abrazo a tu torso varonil
me transformo, me desprendo y me derrito…
Sólo siento el sabor achampanado de la entrega;
el delicado olor de las acacias en mi cuerpo…
Mi cuerpo que es todo tuyo; si barreras, sin fronteras y sin reservas…
Mi cuerpo que es pasión, es apego, es desatino…