#Españoles #PremioCervantes #SigloXX #SigloXXI
Dejó escrito Virgilio, ofuscado q… por los pronósticos adversos del c… que los doce libros de la Eneida,… dedicó los últimos once años de su… debían ser quemados tras su muerte…
Vuelvo a la habitación donde estoy… cada noche, almacén de los días caídos ya en su espejo naufragable… Allí, entre testimonios maniatados… yace inmóvil mi vida: sus papeles
Oigo a veces, en sigilosas noches otoñales, una oblicua graduación d… provenientes de Argónida. Es como un rastro agreste de hermosura y pavor, como…
Comparecen los libros en lugares anómalos, se juntan con indolente asimetría: un tropel de vestigios locuaces,
Vuelven los días cada vez más raudos a su casa nativa. Ya no saldrán nunca de allí. Traen
Siento pasar los barcos por dentro de la noche. Vienen de un transito… distrito del invierno y van a otra… estación de argonautas, esas rutas
Llega el momento de decir la palab… y se la deja fluir, se la ayuda a resbalar entre los labios, anclada ya en sus límites de tiemp… La palabra se funda a ella misma,…
Por el camino se me van cayendo frutas podridas de la mano y voy dejando manchas de tristeza… donde quiera que piso; un pájaro amanece ante mis ojos
Quise buscar palabras, gritos en estado de alerta, la materia prima del sueño. ¿Adónde ir, llamar? Quemar mi historia,
Por los feudos del río Guadalete, ya en las cercas de espinos del cañaveral del Charco, aún subsisten los ruinosos porches de una casa
Cuando Aljarifa recorrió la alfom… todo el lujoso azogue de su cuerpo… deslumbradoramente irracional. Car… las liendres del peregrinaje, se h… como la de una virgen en la inmine…
Defenderé el recuerdo que me queda de aquella calle inhóspita detrás de la estación de Copenhagu… Defenderé contra mí mismo ese recuerdo, cuando
De aquellas arduas clandestinidade… tenazmente debidas a causas nobles y amorosos lances, sólo te queda un sedimento entre feliz y melancólico, la sens…
Recuerdo paso a paso aquel camino de tierra oscurecida por la lluvia… despiadados, alambradas hirsutas en las lindes y unos chopos sin ho… afligiendo al paisaje.
En su oscuro principio, desde su alucinante estirpe, cifra inici… alguien, el hombre, espera. Turbador sueño yergue su noticia opresora ante la nada