¡Me jiedin los hombris que son medio jembras! Cien vecis te ije que no se lo dieras, que al chinquín lo jacían marica

¿Quieres, Cándida saber cuál es la niña mejor? Pues medita con amor lo que ahora vas a leer. La que es dócil y obediente,

He dormido esta noche en el monte con el niño que cuida mis vacas. En el valle tendió para ambos el rapaz su raquítica manta ¡y se quiso quitar—¡pobrecito!—

¿Qué tendrá la hija del sepulturero, que con asco la miran los mozos, que las mozas la miran con miedo? Cuando llega el domingo a la plaza

Señol jues, pasi usté más alanti y que entrin tos esos, no le dé a usté ansia no le dé a usté mieo... Si venís antiayel a afligila

Lejos, bastante lejos, del pueblo mío, encerrado en un monte triste y sombrío, hay un valle tan lindo

¿La conoces, musa mía? Es modelo soberano bosquejado por la mano de la gran sabiduría. Es el más dulce buen ver

Amo, de aquella cuestión de ayer, pues ya me atreví, —¡Gracias a Dios, cobardón! ¿Y qué te dijo? que sí.

Cuando pasa el Nazareno de la túnica morada, con la frente ensangrentada, la mirada del Dios bueno y la soga al cuello echada,

He admirado el hormiguero cuando henchían su granero las innúmeras hormigas. He observado su tarea bajo el fuego que caldea

Yo aprendí en el hogar en qué se f… la dicha más perfecta, y para hacerla mía quise yo ser como mi padre era y busqué una mujer como mi madre

No fue una reina de las Españas, fue la alegría de una majada. Trece años cumple

Deja la charla, Consuelo, que una moza casadera no debe estar en la era si no está el Sol en el cielo. Tu hogar tendrás apagado,

¡A mí n’ámas me gusta que dali gustu al cuerpo! Si yo fuera bien rico, jacía n’ámas eso: jechalmi güenas siestas