Tu boca es fuente de agua fresca y clara,
Consuelo de labios de amor sedientos.
Beberla aleja del hombre el sufrimiento,
Y la noche prepara para soñar con tu cara.
Aquel que tu boca besar pudiera,
Que gozo sintieran sus labios ansiosos,
Si deseosos de amor lo fueran.
¡Sonríes! Y de tu boca escapa la Luna.
Abandona su cautiverio de barrotes de nácar,
Marcha triste a hacer compañía a las estrellas
Dejando tras de sí una estela de llanto de plata.